No es para que reflexionen, no es para que se pongan meditabundos ni traten de cambiar. Es sólo para que la lean y si pueden que la disfruten. A mí se me hizo muy simpática esta historia, y me dejó un sabor agridulce en la mente. A ver qué les parece. Esta versión es mía.

Un día, andaba por la playa un vendedor de cangrejos, cargando dos cubetas llenas de ellos. Una estaba tapada y la otra así nada más, sin cubierta. Y allá iba el vendedor, con sus cubetas rebosantes de su inquieta carga. 
Al pasar a su lado un turista le pregunta:
-Oiga, ¿qué lleva en la otra cubeta?-la que estaba tapada, obvio.
-Cangrejos-le contesta el vendedor-la llevo tapada porque son gringos, y cuando quieren escapar hacen entre todos una escalerita y se escapan uno por uno.
-¿Y la otra por qué la trae destapada? ¿ no se le escapan?
-No, éstos son mexicanos, y cuando uno se quiere salir los demás lo jalan de las patas.
Ni modo, México está poblado de muchos cangrejos y cangrejas.
Si te gustó la historia deja comentario, y si no pues vete a la verga
2 Comments:
Pues sí, la envidia lleva a la gente a cometer acciones degradantes por emular caracteristicas de otros; un simple gesto, un comentario, una agresiòn o incluso llegar a deshacerte del otro. Talvez no exista en mi, pero por desgracia es tan común como los chicles en las calles.
simple mente somos mortales lo que no podemos dejar de pensar es enque hicimos mal y reflexionar
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