A veces recuerdo el mar...
Crucifixión de sangre
mar de sangre
hipocresía
Un hombre
común
envejeció muy rápido
de pronto se detuvo
y desandó el
camino
de vuelta
a
casa.
Martha se sentó
a esperar,
espuma de mar,
el atardecer.
Perdía el camino de regreso.
Los campos recién arados
repiten
tu nombre
de cielo y tierra.
Martha envejeció
y ya no
espera nada.
Espuma de mar.
Mis manos se volvieron
polvo;
amargo beso,
desperté
en la arena.
Cielo y tierra,
Martha, querida,
¿has estado soñando?
me ha dicho la tarde
que te visto llorar.
Una bandada de pelícanos
cruza el horizonte.
RespiraS profundo el salado
aroma
de las rocas lavadas
en el mar de jade.
"Te quiero",
escuchas tras tu espalda
y sorprendes unas huellas de niña
en la arena blanca.
¿A dónde vamos ahora?
Unas piernas morenas
la cabellera rojiza de mujer de sol.
El sexo misterioso bajo del vestido.
y la dueña de ese "Te quiero"
es la misma que no soñaste.
Nubes como de papel,
y una bandada de pelícanos
cruza el horizonte.
lunes, 5 de febrero de 2007
No sé quién soy ni qué hago aquí ni a dónde voy
Publicado por Tlatoani Ortíz en 20:50
Etiquetas: apuntes de la vida moderna
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